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Recuerdo junto al mar

Cuentos para un travieso morocho

 El sapo y la Luna

Todas las noches, el sapo le cantaba una serenata a la Luna, y ella, feliz, un rayo plateado le dejaba en la laguna...

Una noche la Luna no salió. Y el sapo muy triste, saltó, saltó, hasta que al cielo llegó...

Desde entonces, todas las noches, desde la Luna se escucha una dulce serenata; y en la laguna se dibuja una hermosa sonrisa de plata.

Ale Soria.


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